(Este post está disponible también en Inglés / This post is also available in English: Research Data Management in Latin America and the Caribean. An Overview)
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, es una de las instituciones socias del proyecto LEARN. El trabajo que hemos realizado en este proyecto nos ha permitido observar cómo personas e instituciones en nuestra diversa región están avanzando de forma significativa en la Gestión de Datos de Investigación (GDI). A continuación, compartimos algunos de nuestros hallazgos.
Dentro de la gran variedad de iniciativas que hemos podido identificar en América Latina y el Caribe, se encuentran la creación de nueva legislación, el desarrollo de políticas en las agencias de financiamiento de organismos de gobierno, la implementación de repositorios de datos en universidades y otras instituciones vinculadas a la investigación, entre otras.
En el campo legal, tanto Perú como Argentina han promulgado leyes que están cambiando la forma en que instituciones, investigadores e investigadoras gestionan sus datos. Las nuevas normas legales fijan requisitos para individuos y organizaciones cuya investigación ha sido financiada a través de fondos públicos. En ambos casos, esto ha llevado al desarrollo de una infraestructura que permita que los datos sean gestionados y compartidos: el Sistema Nacional de Repositorios Digitales en Argentina y el Repositorio Nacional Digital de Ciencia, Tecnología e Innovación, ALICIA, en Perú. Por otra parte, en México, un decreto emitido en el año 2014 introdujo cambios significativos a la Ley de Ciencia y Tecnología de 2002 con el objeto de promover y democratizar el acceso a la información científica, disponiendo la creación de un Repositorio Nacional que, entre otras características, pudiese almacenar datos de investigación. Es esperable que estas normas permitan el avance de la GDI en estos países y lleven al desarrollo de estándares, políticas y guías que apoyen su proceso de implementación.
En aquellos países que aún no cuentan con normas legales para regular la GDI, algunas agencias de gobierno están realizando esfuerzos para avanzar en la materia. En Chile, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICYT) publicó en su portal Datos Científicos una Propuesta de Política de Datos Abiertos, que actualmente está abierta a comentarios y que, de ser aprobada oficialmente, podría requerir a investigadoras e investigadores financiados con recursos públicos que depositen sus datos en repositorios de acceso abierto. Otro ejemplo de la región es FAPESP, la agencia de financiamiento de Estado de São Paulo, en Brasil, que al presente exige que investigadores e investigadores que opten a fondos del Programa e-Science, presenten Planes de Gestión de Datos dentro de su postulación.
En el ámbito técnico, también se han creado repositorios de datos. Un buen ejemplo es el Instituto Brasileiro de Informação em Ciência e Tecnologia (IBICT), que creó Rede Cariniana, una red de servicios de preservación digital que, en su fase de prueba, estuvo disponible para cinco universidades en Brasil (USP, UNICAMP, UFPB, UFSM y UEMA). Las instituciones que participan de la Rede Cariniana también tienen acceso a Dataverse, una red creada por la Universidad de Harvard en la cual pueden compartir sets de datos generados por sus investigadores e investigadoras en todas las áreas del conocimiento.
Sumado a esto, algunas instituciones han creado repositorios por disciplina. Un ejemplo es el Centro de Datos de la Universidad de los Andes en Colombia, que cuenta con una plataforma en la que se reúnen sets de datos generados por el Centro de Estudios de Desarrollo Económico (CEDE) de la misma universidad, además de otros adquiridos a través de acuerdos con terceras partes, que en muchos casos permiten su libre acceso y reutilización.
En tanto, en el campo de la biodiversidad también se han hecho avances notables que demuestran cómo los datos pueden ser útiles más allá de las fronteras de una institución o un país. Existen varios ejemplos: El Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad de México, el Sistema de informática para la biodiversidad y el ambiente (SIBA-UNAM) (repositorio que reúne datos biológicos y geoespaciales de forma conectada), el Portal de Datos de Biodiversidad de Brasil, la Infraestructura Iberoamericana de Información sobre Biodiversidad y Pandora, una red de repositorios distribuidos de datos de biodiversidad en Chile. También existen proyectos en otras áreas del saber, como la Plataforma Interactiva de Investigación para las Ciencias Sociales (PLIICS), proyecto alineado con las políticas del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Argentina, en el que seis instituciones compartirán sus datos de forma abierta.
Estos son algunos ejemplos de los esfuerzos que las instituciones de Latinoamérica y el Caribe están haciendo para avanzar en el desarrollo de políticas y de la infraestructura que permitirán que la Gestión de Datos de Investigación sea una realidad. Aunque aún se requiere de mucho trabajo y colaboración, tanto personas como organizaciones están creando conciencia sobre los beneficios de compartir datos abiertos, un desafío al que LEARN y la CEPAL esperan contribuir.